En Tierra Caliente, Michoacán, un grupo de aproximadamente 40 mujeres decidió organizarse y armarse ante el abandono institucional y la creciente inseguridad provocada por grupos criminales en sus comunidades.
Entre las integrantes se encuentran madres con hijos pequeños y mujeres embarazadas, quienes participan activamente en las barricadas levantadas para frenar el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la zona. Su presencia resalta el nivel de desesperación que atraviesan los pobladores.
Este movimiento refleja la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades federales y estatales, situación que ha llevado a la población civil —incluidos sectores tradicionalmente vulnerables— a asumir su propia defensa.
Aunque Michoacán ha sido escenario de autodefensas en años anteriores, la participación visible de mujeres en primera línea marca un hecho inédito y representa un nuevo episodio en la lucha comunitaria contra la delincuencia organizada.